El diablo y yo

Eddie Kagle (Paul Muni), tras ser traicionado y asesinado por su compañero y amigo de la infancia, Smiley Williams (Hardie Albright), acaba son sus huesos en el infierno, donde el diablo “Nick” (Claude Rains) le ofrecerá la oportunidad de vengarse de Smiley, a cambio de un pequeño favor. Eddie es la viva imagen del juez Frederick Parker, un reputado y honrado miembro de la comunidad, cuyo principal objetivo consiste en perseguir y erradicar el mal, lo que supone una china en el zapato para el diablo. El trato consistirá en que Eddie, gracias a la transferencia de su alma al cuerpo del juez, eche por tierra su buena reputación y, a cambio, podrá llevar a cabo su deseada venganza. Pero todo intento de Eddie por hacer cumplir su parte del trato, provocará el efecto contrario al deseado, haciendo que la imagen del juez no haga sino mejorar.

Sucesión continua de hilarantes situaciones, máxime cuando el reencarnado gangster se enamore de Bárbara (Anne Baxter), la pareja del juez, lo que hará que se plantee redimirse. Dirige Archie Mayo, afamado director que trabajó para todos los grandes estudios, desde 1915 hasta 1946, momento en el que se retiró, para regresar a Hollywood como productor, en 1958.